Desde la compra de aquella propiedad en 1981, Liborio tuvo que esperar 13 años, hasta 1993 para lograr su sueño de una toletera. La toletera se convirtió pronto en El Cortijo, una empresa que hoy se caracteriza por tener inmersos en su ambiente de trabajo la sistematización en la gestión de calidad, buenas condiciones de trabajo y una constante búsqueda de desarrollo social y ambiental responsable, buscando el equilibrio entre los componentes económico, ambiental y social. Pero de tanto sentir la arcilla y amarla, finalmente María Nelcy (esposa) y Laly Zulena, la única hija mujer de ese matrimonio, comenzaron a soñar un proyecto paralelo; un taller artesanal donde se pudiesen realizar ideas concretas para una realidad que se vivía en su día a día. En el almacén que Nelcy tiene hace más de cuarenta años los objetos llegaban desde China, Francia, Italia, Japón, entre otros paises, pero ninguno de esos juegos de café, o ninguna de esas ensaladeras, o candelabros, lámparas o vajillas, eran hechos en Colombia y mucho menos en el Huila. Entonces en 2014 el taller aún sin nombre, comenzó a gestarse en una antigua casa del espacio urbano de Campo alegre que debía derribarse por su situación de mal estado y se tomó la decisión de construir un taller y un almacén para el proyecto.
El Patio es una empresa con los proceso definidos, con una calidad excepcional en sus productos, con procesos artesanales y una clara definición de expansión, siendo una empresa que fabrica productos en cerámica del Huila para el mundo.