<p>Las aguas del imponente Río Páez bañan sus pintorescos paisajes, en los que profundas cavernas, cascadas y manantiales brindan una gran aventura. Centenarios caminos reales cruzan el maravilloso escenario donde el pueblo de Paicol fue construido.</p>

<p>A medio camino entre Bogotá y San Agustín, la Tatacoa (nombre de una especie de serpiente extinta) se ha vuelto cada vez más conocido en los últimos años entre los viajeros que quieren salirse de las rutas tradicionales y conocer un poco más de la hermosa vida salvaje de Colombia. Esta pequeña zona terracota está bastante fuera de tono con sus alrededores; se dice que el desierto se formó como resultado de la sequía de un río y, en su lugar, ahora hay un ecosistema singular donde encontrará serpientes, escorpiones y una interesante variedad de cactus. La Tatacoa puede alcanzar los 45 grados durante el día, así que le recomendamos llevar protector solar y una gorra. Si solo va de visita por una noche, lo mejor es llegar entre las 3 p.m. y 4p.m. para disfrutar la tarde y la mañana, desde temprano, para así evitar el momento más caluroso del día.</p>

<p>Es una serie de cascadas de color verde esmeralda, y la cual termina en una gran cascada de 70 metros de altura en donde se convierte también en un mirador donde se observa Mocoa y parte de la serranía del churumbelo. Las diversas vistas que nos ofrece el paisaje, al llegar al punto del recorrido donde se llega a la quebrada Dantayaco (rio de las dantas, la terminación YACO significa agua) se pueden encontrar diferentes balnearios con pequeñas cascadas, y diversas formas que el paso del agua a creado, como pozo negro este se considera el más profundo alcanzando casi los 10 metros de profundidad. su nombre deriva por el color un poco oscuro que se observa, que toma debido a su profundidad. estas aguas son totalmente limpias ya que no existen agentes contaminantes en su trayecto.</p>